''NEXTLALPAN''

Año del 2010 fecha importante para todos los mexicanos, pues conmemoramos 200 años de la independencia nacional y 100 de la revolución mexicana ,movimientos que a las nuevas generaciones nos han permitido ser libres en los distintos aspectos de la pluralidad política, religiosa y social de un pueblo que debe logra la completa unión ya que si lo visualizaron patriotas ilustres como Hidalgo, Aldama, Allende , Jiménez, Morelos, La Corregidora, Madero, Carranza, Zapata, Villa, Los Hermanos Flores Magón, Los Hermanos Serdán y tantos más que dieron su vida y su sangre por lograr una patria libre, feliz y progresista.

Ante este marco de festejos en este municipio, hoy toca a nosotros conmemorar 190 años de vida institucional, porque en el año de 1820 le fue concedido al pueblo de nextlalpan su primer Ayuntamiento, rigiéndose en eso entonces con las Leyes de la Constitución de Cádiz, un año antes de que fuera declarada la total independencia de México y cuatro antes de que fuera creado el Estado de México por supuesto que en 1826 el ciudadano Melchor Muzquiz, Gobernador del naciente Estado, en su Memoria que rindió ante el Congreso, ratifico a los Ayuntamientos erigidos en 1820,entre ellos a los de este distrito, conocido entonces como Partido, cabecera de los pueblos de HUEYPOXTLA,TEQUIXQUIAC,ZUMPANGO Y NEXTLALPAN.

Unos cientos de años antes, el escenario de aquella lejana época anterior a la conquista estaba compuesto por los lagos de Xochimilco, Chalco, Texcoco, Xaltocan y Zumpango, predominando en el paisaje de los centinelas nevados Iztacihuatl y Popocatepetl destacando en la lejanía entre otros el, Zitlaltepetl, Cincoc y oreos mas conformando un pequeño valle dentro de la cuenca de Mexico; después de que Cuicuilco fue destruida por la erupción del volcán Xiltle, surgió Tehotihuacan lugar que floreció y nos dejo como recuerdo las pirámides del sol y de la luna; al finalizar esa etapa de la civilización nos encontramos que parte de esos teotihuacanos se asentaron precisamente en este lugar, aquí produjeron sal por tener cerac los bancos de materia prima del zalitre tan parecido a la ceniza surgiendo la denominación del nombre Nextlalpan, de nextli-ceniza, tlalli-tierra o suelo y pan-sobre. (SOBRE EL SUELO DE CENIZA).

El por que nuestros antepasados construyeron dentro del lago islas artificiales no lo sabemos, la doctora en arqueología Elizabeth M. Brumfiel en sus recientes investigaciones encontró que la isla de Xaltocan es un lugar construido por la mano del hombre; así gravitaron en forma de media luna algunos islotes donde se asentaron los habitantes de Nextlalpan y otros barrios, los que existen y otros que desaparecieron; y que según el Códice Chimalpopoca llegaron de la recién en ese tiempo desaparecida Tula al mando de YAOTL que era del grupo de los Tezcatlipocas adoradores de la luna como lo eran los otomíes de Xaltocan y que Huemac seguidor de Quetzalcoatl adorador del sol separado de yaotl en Huehuetoca tuvo que seguir su camino hacia otros lugares; esos relatos nos conducen a entender la fundación de nuestros pueblos que pueden perderse en la noche de los tiempos pero que están registrados en la cronología oficial en el año de 1064.
Los otomíes de Xaltocan fueron combatidos y vencidos en 1395 por los chichimecas de Cuautitlan, por que los primeros iban a cazar y de paso se quedaban a adorar y rendir culto a Acpaxapo en el cerro del Tzoltepetl y Acaxapocan.

35 años estuvo despojada la región, hasta que en 1435 los integrantes de la Triple Alianza poblaron a Xaltocan con colonos de Acolman, Tenochtitla y otros lugares.

En 1521 cambia la suerte de Xaltocan ya que Hernán cortes con sus tropas incendiaron y terminaron con la fortaleza guerrera de nuestros ancestros. Fueron 300 años de vasallaje colonial; en ese tiempo surgió la hacienda de Santa Inés formada con las mercedes reales de tierra que compraron sucesivamente don Pedro Hermandez de Alfaro, su esposa Mencia Muños Mudarra y después los Jesuitas de Tepotzotlan. En el siglo XVI don Pablo Nazareo, oriundo de Xaltocan y noble descendiente de los toltecas, otomíes, tenochcas y chichimecas dedico su vida a establecer y asimilar en la comunidad la nueva cultura europea, no olvidando sus raíces mexicanas.

El siglo XIX fue trascendental para la nación, así como para los nextlalpenses, por que en 1810 don miguel hidalgo y costilla y su grupo iniciaron la guerra de independencia; en 1806 había nacido en Guelatao don Benito Juárez; y el primero de mayo de 1816 nacio en el barrio de Molonco de este municipio que con el tiempo llego a ser dinámico y versátil por sus acciones en bien del pueblo, la juventud y de patria, el Lic. Felipe Sánchez Solís. Cuatro años de edad tenía el niño Felipe, cuando el 31 de julio de 1820 don Antonio Bernabe Sanchez, ocupo el cargo de primer Alcalde Presidente del primer Ayuntamiento Constitucional del pueblo de Nextlalpan, acompañándolo en su gobierno un Procurador Sindico y cuatro regidores: estos gobiernos que se irán renovando cada año a lo largo del siglo XIX, después de la revolución de 1910; a partir de 1928 a 1945 fueron de dos años y de 1946 a nuestra época son de tres años. Ahora 190 años de que Nextlalpan tiene el privilejio de ser uno de los municipios que forman el vasto Estado de México; y que ha sido gobernado por 105 municipios incluyendo al actual; quienes en su nombre han velado por los intereses y la soberanía territorial del municipio, no permitiendo que la mitad del territorio formado por la ex. Hacienda de Santa Ines, nos la arrebaten municipos que a costa de otros pretenden tener más de lo que en justicia les corresponde.

Por todo esto hoy nos toca manifestar que Nextlalpan es grande por sus gobernantes, sus ciudadanos, hombres y mujeres de todas las edades; por su tierra, sus costumbres y tradiciones.

MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA (1753-1811)

Nació en la Hacienda de Corralejo, en Pénjamo, Guanajuato, el 8 de mayo de 1753.


Fue enviado a Valladolid (hoy Morelia) a estudiar al Colegio de San Nicolás Obispo, del cual llegó a ser catedrático de teología, filosofía y moral y finalmente, rector. En 1792 se ordenó como sacerdote, ejerciendo su ministerio en el Curato de Dolores, después de haberlo hecho en varios otros curatos. De ideas liberales, se unió al grupo de patriotas que en el año de 1810 conspiraban en Querétaro a favor de la independencia de México.

El movimiento armado debería iniciarse en el mes de octubre de ese mismo año, pero descubierta la conspiración y detenidos varios de los complicados, Hidalgo, en unión de Aldama, Allende, Abasolo y otros, en atención a un aviso que, con riesgo de su vida les fue enviado por la Corregidora Doña Josefa Ortíz de Domínguez decidió efectuar el levantamiento en el acto, y así, al amanecer del 16 de septiembre de 1810, los vecinos del pueblo de Dolores, alfareros, carpinteros, herreros y campesinos, acudieron al llamado del padre Miguel Hidalgo y Costilla para iniciar la lucha por la independencia.

En poco menos de dos semanas, el ejército insurgente obtuvo una serie de rápidos y fáciles triunfos. De Dolores pasaron a Atotonilco, San Miguel el Grande (hoy Allende), Chamucuero, Celaya (en este lugar se le dio a Miguel Hidalgo el grado de capitán general y a Ignacio Allende el de teniente general), Salamanca, Irapuato y Silao, hasta llegar a Guanajuato.

Ante la proximidad del ejército insurgente, los españoles, junto con sus familias y sus caudales, se refugiaron en la "Alhóndiga de Granaditas", en la ciudad de Guanajuato. El 28 de septiembre, después de una sangrienta lucha en la que la multitud enfurecida aniquiló a sus defensores, fue tomada al fin la fortaleza. De Guanajuato, don Miguel Hidalgo se dirigió a Valladolid, ciudad que fue tomada por los insurgentes el 17 de octubre de 1810, sin que sus defensores opusieran resistencia. En ese lugar permaneció varios días organizando su tropa para salir a tomar la capital del virreinato: la ciudad de México.

En el Monte de las Cruces, a las afueras de México, obtuvo Hidalgo una formidable victoria el 30 de agosto, derrotando a Trujillo (Coronel Realista), victoria que desaprovechó lamentablemente, pues en lugar de lanzar sus tropas sobre la ciudad de México para apoderarse de ella, aprovechando el desconcierto que su victoria había ocasionado en las filas españolas, ordenó la retirada de sus tropas hacia Ixtlahuaca, por el camino de Toluca. En Puente de Calderón, cerca de Guadalajara, se enfrentaron insurgentes y realistas, estos últimos al mando del general Félix Calleja, en una batalla, que resultó ser desastrosa para Hidalgo y su gente, obligándolo a replegarse hacia el norte.

El 21 de mayo de 1811, al llegar a Acatita de Baján, Hidalgo, Allende y 27 compañeros más, fueron víctimas de una traidora emboscada que les tendió Ignacio Elizondo y fueron hechos prisioneros. Conducidos a Chihuahua, Allende, Aldama y Jiménez fueron fusilados el 16 de junio de 1811 y un mes después, el 30 de julio de ese mismo año, Hidalgo fue fusilado también.

El gobierno virreinal estaba convencido de que con la muerte de los caudillos, fusilados en Chihuahua, acabaría el movimiento insurgente. Pero no fue así.

Ignacio López Rayón, quien se había quedado en Saltillo, realizó la proeza de escapar del enemigo y marchar desde esa ciudad hasta la provincia de Michoacán, donde podían contar él y su tropa con la ayuda del pueblo. Y, para desgracia de los realistas, en las montañas del sur ya estaban luchando el genio militar José María Morelos, apoyando en sus campañas victoriosas por los Galeana, los Bravos, Mariano Matamoros y otros muchos.

Para 1821, el ideal por el que había luchado Miguel Hidalgo y Costilla y tantos otros mexicanos a lo largo de once años, al fin se había logrado: la patria era libre e independiente.

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NICOLAS BRAVO,1786-1854

Nació en Chilpancingo, en el actual estado de Guerrero. Después de sus primeros estudios se dedicó a la agricultura en la hacienda de Chichihualco, propiedad de su familia. Al iniciarse el movimiento insurgente mostró, al igual que sus familiares, simpatías por la emancipación política de México.

El hecho de que no levantara tropas contra los insurgentes, como en otras haciendas, le ocasionó molestias de las autoridades virreinales. En mayo de 1811 se unió a las fuerzas de Hermenegildo Galeana, cuando éste, mandando la vanguardia de la fuerza de Morelos, fue a atacar a Chichihualco. Concurrió Bravo a las varias acciones dadas por Morelos en el sur, y en el sitio de Cuautla se destacó por su valor. Después fue nombrado comandante militar de la Provincia de Veracruz.

En la acción del Palmar derrotó al realista Juan Labaqui. En ese lugar recibió la noticia de la prisión y ajusticiamiento de su padre, don Leonardo. Dispuso que los 300 prisioneros del Palmar se presentaran ante sus tropas formadas. Les hizo conocer entonces el hecho, interrogándoles qué debía hacer con ellos. Rompió el silencio que allí reinaba con las palabras: "Quedáis en libertad."

Retirado a su hacienda en 1816, fue aprehendido en 1817 y permaneció encarcelado con grilletes en los pies, hasta su liberación en octubre de 1820. Radicado en Cuernavaca, Bravo se unió al Plan de Iguala, y con una fuerte brigada se presentó en Puebla, sitiada por Iturbide, que le concedió el grado de coronel. Más tarde el Congreso Constituyente le eligió consejero de estado en la Segunda Regencia, de abril a mediados de mayo de 1822.

Partidario del sistema republicano, y en lucha tenaz contra los partidarios del Imperio, organizó en Chilapa, junto con Vicente Guerrero, una fuerza que el brigadier Armijo derrotó en Almolonga (entre Chilapa y Tixtla).

Estableció contacto con Antonio León que se había levantado en armas en Huajuapan contra el Imperio, y en Oaxaca, constituyeron una Junta de Gobierno. De allí se trasladó a Puebla entrando después en la capital del país con la división llamada "Ejército Libertador". Destronado Iturbide, el ex emperador le confió la seguridad de su persona y la de su familia, hasta salir del territorio nacional.
Decretado por el Congreso en 31 de mayo de 1823 el cese del Poder Ejecutivo que gobernó a la nación desde 19 de mayo de 1822, nombró al que debía sucederle, compuesto por tres individuos, y que cesó el 1 de octubre de 1824, al tomar posesión el presidente Guadalupe Victoria.

Influyente en las logias escocesas, sostuvo con las armas a Manuel Gómez Pedraza contra Vicente Guerrero, su antiguo compañero. Atacado por éste en Tulancingo, Bravo fue hecho prisionero, y sometido a un Gran Jurado. Debió exiliarse a Guayaquil, en Ecuador, de donde regresó amnistiado en 1829.

Volvió a tomar las armas en contra de Guerrero y Álvarez, ocupando la plaza y castillo de Acapulco. Caído el gobierno de Guerrero por el Plan de Zavaleta, pretendió la presidencia y, disuadido por Antonio López de Santa Anna, aceptó el mando del Ejército del Norte hasta 1836, retirándose a Chilpancingo después de los sucesos de Texas.

En 1839 figuró como presidente del Consejo, y al separarse de la presidencia Santa Anna, entró a desempeñarla Bravo como interino desde el 10 de julio de 1839 al 19 del mismo mes y año. Electo diputado en 1841 por el Estado de México, Santa-Anna le nombró presidente sustituto por decreto del 10 de octubre de 1842.

Prestó juramento ante el Consejo de Representantes de los Departamentos y tomó posesión de la presidencia en 26 del mismo mes. Gobernó hasta el 4 de mayo de 1843. Otra vez ocupó la presidencia de la República, en virtud de la licencia concedida al general Mariano Paredes para mandar al ejército, en decreto de 20 de junio de 1846. Bravo tomó posesión en 28 de julio de ese mismo año.

La revolución proclamada en la Ciudadela en la madrugada del 4 del siguiente agosto, puso fin a su corta administración. En 1847 se le nombró comandante general de Puebla y después jefe de la línea del sur de la capital. Estuvo en la defensa de Chapultepec, donde el 13 de septiembre fue hecho prisionero. Las versiones alrededor de este episodio en la vida de Bravo fueron objeto de acerbos comentarios y lesionaron su reputación de militar, obligándole a desaparecer definitivamente de la escena nacional.

Retirado en Chilpancingo, vino la revolución de Ayutla y, al parecer, invitado a participar en el movimiento, no aceptó; primero, por ser la revolución contraria a sus ideas; segundo por sus enfermedades. Al morir poco después, se dijo que tanto él como su esposa, muertos el mismo día y con intervalo de horas, habían sido envenenados.

En la época se ligó ese rumor con el fusilamiento, en la Isla de Caballos, de un médico apellidado Avilés, considerado como el que proporcionó el veneno al matrimonio. Declarado Bravo desde 1823 Benemérito de la Patria, el gobierno de Guerrero le dedicó un monumento en la ciudad de Chilpancingo, su ciudad natal.



 
 
 
 

JUEGOS ''HISTORIA DE MEXICO''

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EMILIANO ZAPATA

Nació el 8 de agosto de 1879 en San Miguel Anenecuilco, Morelos y falleció el 10 de abril de 1919 en Chinameca, Morelos. Conocido como el Caudillo del Sur, fue uno de los líderes militares más importantes durante la Revolución mexicana, comandó un importante ejército durante la revolución, el Ejército Libertador del Sur. Hijo de Gabriel Zapata y Cleofas Salazar, y formó parte de una familia campesina.


En 1897 Zapata fue arrestado por participar en una protesta contra la usurpación de tierras campesinas. Al ser perdonado continuó agitando a los indígenas de la región, por lo que fue incorporado al 9° Regimiento del ejército, bajo el mando directo de Ignacio de la Torre, yerno del presidente Díaz.

En septiembre de 1909 Emiliano Zapata fue electo presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco, donde empezaría a analizar documentos que se originaron en el virreinato que acreditaban los derechos de propiedad de los pueblos sobre sus tierras, los cuales habían sido negados por las Leyes de Reforma, sobre todo la Ley Lerdo que obligo a las corporaciones civiles a vender o ser expropiadas las tierras improductivas, lo cual fue motivo en su tiempo del apoyo de varios líderes indígenas como Tomás Mejía a los gobiernos conservadores mexicanos y al Segundo Imperio Mexicano, estas leyes además fueron aprovechadas por varias personas para acrecentar sus tierras de manera ilegal al solicitar la propiedad de zonas comunales que los pueblos no trabajaban, por esto se convertiría, de esa manera, en dirigente agrario de Morelos, su estado natal. Es en estas fechas donde acuña lo que sería el lema durante su campaña revolucionaria: “Tierra y Libertad”, frase con la que firmaba todos los documentos oficiales como dirigente agrario. Su primera aparición política ajena a su mundo campesino fue en las elecciones para gobernador de Morelos en 1909, cuando apoyó al candidato de la oposición, Patricio Leyva, en contra del de los latifundistas, Pablo Escandón y Barrón.

Madero fue electo presidente en 1911 y se reunió de nuevo con Zapata, sin lograr este último que Madero aplicara una reforma agraria integral. Con la ayuda de un maestro, Otilio Montaño, Zapata preparó el Plan de Ayala, el cual declaraba a Madero incapaz de cumplir con los objetivos de la Revolución. Los signantes del plan renovaron las consignas de la Revolución y prometieron designar a un presidente provisional hasta que hubiesen elecciones. Asimismo, se fijaron la meta de recuperar las tierras ejidales quitándoles un tercio a los terrenos de las haciendas y repartiéndolas entre las comunidades. Aquellos hacendados que se rehusaran a aceptar el plan verían sus tierras expropiadas sin compensación alguna.

Cuando Victoriano Huerta asesinó a Madero en 1913, Zapata y sus hombres arribaron a la Ciudad de México y se rehusaron a unirse al gobierno de Huerta. Esto provocó que Huerta no pudiese enviar todas sus tropas al norte a combatir a Venustiano Carranza y el Ejército Constitucionalista, por lo que un año después de haber asumido el poder, Victoriano Huerta, acorralado por sus oponentes, abandonó el país.


Al caer Huerta, Zapata invitó a los Constitucionalistas a aceptara su Plan de Ayala y les advirtió que continuaría peleando por su cuenta hasta que el plan se cumpliera.

En los primeros meses de 1914, Zapata tomó Jonacatepec y Chilpancingo, y ese mismo año su ejército constaba ya de 27,000 hombres, por lo que para abril ya había controlado por completo el estado de Morelos y algunos lugares de Guerrero. Poco después conquistó Cuernavaca y para junio se acercó a la Ciudad de México, ocupando Cuajimalpa, Xochimilco y Milpa Alta, amagando a esta ciudad. Sin embargo, las fuerzas constitucionalistas les cerraron el paso, al ocupar la Ciudad de México antes que las propias zapatistas, las cuales se encontraban más cerca. En septiembre, Venustiano Carranza envió a Juan Sarabia, a Antonio I. Villarreal y a Luis Cabrera a conferenciar con Emiliano Zapata, pero nuevamente el caudillo suriano exigió la renuncia de Venustiano Carranza al Poder Ejecutivo, y el reconocimiento del Plan de Ayala. Los emisarios, como toda respuesta, abandonaron su campamento y el estado, pues Carranza rechazó rotundamente sus peticiones, calificándolas de "inadecuadas".